miércoles, 17 de noviembre de 2010

Dicen sobre el Lenguaje...


La "inocencia" moderna habla del poder como si fuera uno: de un lado los que lo poseen, del otro los que no lo tienen; habíamos creído que el poder era un objeto ejemplarmente político, y ahora creemos que es también un objeto ideológico, que se infiltra hasta allí donde no se lo percibe a primera vista –en las instituciones, en las enseñanzas-, pero que en suma es siempre uno. Pero ¿y si el poder fuera plural, como los demonios? "Mi nombre es Legión", podría decir: por doquier y en todos los rincones, jefes, aparatos, masivos o minúsculos, grupos de opresión o de presión; por doquier voces "autorizadas", que se autorizan para hacer escuchar el discurso de todo poder: el discurso de la arrogancia. Adivinamos entonces que el poder está presente en los más finos mecanismos del intercambio social: no sólo en el Estado, las clases, los grupos, sino también en las modas, las opiniones corrientes, los espectáculos, los juegos, los deportes, las informaciones, las relaciones familiares y privadas, y hasta en los accesos liberadores que tratan de impugnarlo: llamo discurso de poder a todo discurso que engendra la falta, y por ende la culpabilidad del que lo recibe. Algunos esperan de nosotros, intelectuales, que actuemos en toda ocasión contra el Poder; pero nuestra verdadera guerra está en otra parte; está contra los poderes, no se trata de un combate fácil porque, plural en el espacio social, el poder es, simétricamente, perpetuo en el tiempo histórico: expulsado, extenuado aquí, reaparece allá; jamás perece: hecha una revolución para destruirlo, prontamente va a revivir y a rebrotar en el nuevo estado de cosas. La razón de esta resistencia y de esta ubicuidad es que el poder es el parásito de un organismo transocial, ligado a la entera historia del hombre, y no solamente a su historia política, histórica. Aquel objeto en el que se inscribe el poder desde toda la eternidad humana es el lenguaje o, para ser más precisos, su expresión obligada: la lengua.

(Fragmento de La lección inaugural de la cátedra de Semiología lingüística del College de France, del 7 de enero de 1977 (Siglo XXI, 1986)


Sobre el lenguaje

(...) Siendo al hombre imposible entenderse con sus semejantes, estando condenado a radical soledad, se extenúa en esfuerzos para llegar al prójimo. De estos esfuerzos es el lenguaje quien consigue a veces declarar con mayor aproximación algunas de las cosas que nos pasan dentro. Nada más... Pero de ordinario no usamos estas reservas. Al contrario, cuando el hombre se pone a hablar, lo hace porque cree que va a poder decir cuanto piensa. Pues bien: esto es lo ilusorio. El lenguaje no da para tanto. Dice, poco mas o menos, una parte de lo que pensamos, y pone una valla infranqueable a la transfusión del resto. Sirve bastante bien para enunciados y pruebas matemáticas; ya al hablar de física empieza a hacerse equívoco e insuficiente. Pero conforme la conversación se ocupa de temas más importantes que esos, más humanos, más «reales», va aumentando su imprecisión, su torpeza y confusionismo. Dóciles al prejuicio inveterado de que hablando nos entendemos, decimos y escuchamos tan de buena fe, que acabamos muchas veces por malentendernos mucho más que si, mudos, procurásemos adivinarnos.

(Prólogo parala edición francesa de La rebelión de las masas.)
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viernes, 5 de noviembre de 2010

Somos lo que decimos, lo que leemos, lo que escribimos ("Literacy")

Daniel Cassany es profesor de Análisis del Discurso en la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona). Es licenciado en Filología Catalana y doctor en Filosofía y Letras. Ha publicado numerosos libros sobre comunicación escrita y enseñanza de la lengua. Desde 2004 dirige un grupo de investigación sobre “literacidad crítica” o la comprensión y la producción de la ideología. Ha sido conferencista y profesor invitado de posgrados, maestrías y doctorados en universidades e instituciones de más de 20 países. También ha colaborado en programas de promoción de la lectura y la escritura con los ministerios de Educación de Catalunya, Galicia y Euskadi, en España, Argentina, Chile y México.
Este video es de una conferencia que dictó en un Congreso de Educación de Cantabria. El tema: "Las Competencias Básicas: qué, por qué y cómo".
Me parece muy interesante, tanto para Docentes como para Terapeutas del Lenguaje.


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